viernes, 5 de noviembre de 2010

CAZA DE BRUJAS CONTRA SÁNCHEZ DRAGÓ




Albert Boadella y Fernando Sánchez Dragó, Dios los cría… y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…, Planeta & άLTERA, Barcelona & Madrid, 2010, 348 páginas.

Albert Boadella (Barcelona, 1943) es actor, director y dramaturgo. Formado en centros dramáticos de Estrasburgo y París, funda su propia compañía de teatro, Els joglars, en 1961, con la que ha montado más de treinta espectáculos, películas y series de televisión, labor que ha alternado con la enseñanza y la escritura. Entre sus producciones teatrales más célebres podemos citar La Torna (1977), que motivó su encarcelamiento, posterior fuga y exilio en Francia; Operació Ubú (1981); Teledeum (1983); Visanteta de Favara (1986); Yo tengo un tío en América (1991); Ubú President (1995); Daaalí (1999); En un lugar de Manhattan (2005); Controversia del toro y el toreo (2006; La última cena (2008). Es autor de los libros El rapto de Talía (2000); Memorias de un bufón (2001) y Adiós Cataluña (2007). Tras «transterrarse» a Madrid, a causa de la hegemonía nacionalista gobernante en Cataluña, es desde enero de 2009 director artístico de los Teatros del Canal de Madrid y del Teatro Auditorio San Lorenzo del Escorial.
Fernando Sánchez Dragó dice de sí mismo que es hijo natural de Madrid (1936) y adoptivo de Soria (1992). Estudió Filosofía y Letras en la Complutense (secciones de Románicas y de Italiano) y participó activamente desde los años cincuenta en la oposición política al franquismo, lo que le costó cinco procesos, diecisiete meses de cárcel y siete años de exilio. Hoy se define como «anarcoindividualista». Viajero infatigable, ha recorrido setenta y cuatro países y ha sido profesor de Historia, Literatura y Lengua Española en trece universidades de España y del extranjero. Ha trabajado como reportero de prensa en múltiples países de Asia, África y América, y ha colaborado, asimismo, en la Radiotelevisión Italiana, en la Japanese Broadcasting Corporation (NHK), en las publicaciones del Grupo 16, en la cadena SER, en Radiocadena (donde obtuvo el Premio Ondas en 1988) y en Televisión Española. Actualmente dirige y presenta en La 2 el programa de libros «Negro sobre blanco» y en Telemadrid, los espacios«Dragolandia» y «Noches blancas». Es colaborador habitual de El Mundo, Época, Onda Cero, la COPE y otros medios de información. Como escritor ha publicado Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España (1978, y Premio Nacional de Literatura en 1979); La España mágica (1983); Finisterre (sobre viajes, travesías, naufragios y navegaciones, 1984); Del priscilianismo al liberalismo. Doble salto sin red (1987); Volapié, Toros y tauromagia (1987); Discurso numantino (Segunda y última salida de los ingeniosos hidalgos Gárgoris y Habidis, 1995); Diccionario de la España mágica (1997); Historia mágica del Camino de Santiago (1999); Carta de Jesús al Papa (2001); Libertad, fraternidad y desigualdad. Derechazos (2007); Y si habla mal de España… es español (2008); entre muchos otros ensayos y novelas.

 — Dragó: «[…] En el año 1967 —yo tendría unos treinta años— en Tokio, un día, al salir de una estación de metro de Ikebukuro, que era el barrio en el que yo vivía, me topé con unas lolitas.
Boadella: ¡Y dale con las lolitas!» (pág. 164).

Con estas palabras arranca el episodio protagonizado por Fernando Sánchez Dragó con dos nínfulas japonesas, descrito con detalle en el último libro escrito al alimón con Albert Boadella, Dios los cría… y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…, y que ha provocado (el episodio, no el libro) reacciones airadas, escándalo y rasgado de vestiduras en parte de la sociedad española. Hasta ese momento, el título funcionaba bien en cuanto a ventas se refiere (ya va por la segunda edición). A partir de ahora, puede convertirse en un verdadero fenómeno editorial. En el libro en cuestión, Boadella y Sánchez Dragó hablan, ciertamente, de sexo (sobre todo, Dragó: de «Sexo, sexoo, sexooo», título de la Tercera Parte), pero también sobre muchos otros asuntos. Convocados por Javier Ruiz Portella, responsable de la edición (aunque no de las afirmaciones y opiniones recogidas en la misma), ambos personajes de las artes, las letras y el espectáculo ceden sus propias residencias para la ocasión, esto es, para celebrar un banquete o simposio dialógico a lo largo de varias sesiones y encuentros.

Una estancia en Castilfrío, en las Tierras Altas de Soria, a pocos kilómetros de la capital castellana, donde se ha afincado Sánchez Dragó, rodeado de felinos y libros, y una segunda estadía en Rupit, en la Cataluña profunda, no lejos de Vic ni de la troupe de joglars, desde donde domina la escena Boadella. He aquí los tiempos y los espacios de este duelo intelectual y de ingenio ejecutado por nuestros polifacéticos autores sin que haya mediado ofensa alguna y sin ánimo de competir entre sí. Sólo por el gusto de hablar y por el placer de polemizar.

Sin guión fijo, Dragó y Boadella intercambian experiencias de sus propias vidas y sus labores profesionales, atienden a asuntos de actualidad, disertan sobre lo divino y lo humano y sobre lo que siempre ha interesado al hombre. Por citar algunas muestras, los dos parlanchines, los dos espadachines de la plática, hablando en plata, dan un repaso al sistema educativo español, se preguntan por el sex appeal de Sarah Palin, elucubran sobre las izquierdas y las derechas, ensalzan la fiesta de los toros y maldicen los nacionalismos, denuncian tópicos e hipocresías sociales, comparten vivencias viajeras y especulan sobre el más acá y el más allá.

No se muerden la lengua los dos lenguaraces a la hora de hacer un comentario mordaz o una crítica… destructiva. Así han sido, son y serán los juglares y trovadores de todos los tiempos: picantes y picarescos, sin pelos en la lengua, contraviniendo la corrección política y las modas establecidas, tomándose la libertad de expresión sin esperar la venia ni que les sea concedida por la autoridad competente, sin contemplaciones y sin complejos. Y es que esperar mesura y compostura de un malabarista del verbo y del adjetivo, reserva y discreción a un bufón confeso y a un correcaminos sin fronteras, retraimiento y melindres a estos dos diestros del arte del espectáculo y el toreo de salón, es como sostener que un perro no muerde (muchos dueños de canes lo hacen cuando éstos gruñen y desafían a desconocidos) o jurar por lo más sagrado que un gato no araña (a ninguno de los dos contertulios se les ha comido la lengua el gato). O pedir peras al olmo.

Con todo, y como puede comprobarse en el mismo fragmento arriba señalado, Boadella y Dragó derrochan dos personalidades y caracteres de titán, pero también de lo más distintas (el editor del volumen los denomina «Dionisos Dragó» y «Apolo Boadella»). Por eso se llevan tan bien y tienen tantos temas para debatir. Por eso resulta tan entretenida la cháchara. Porque comparten el arte tan español de la tertulia, de la agudeza y el ingenio sazonados de sentido del humor y pimienta, porque participan de similar valentía intelectual y porque ni dictaduras políticas ni ideológicas les han hecho nunca callar. Por todo ello, Dragó y Boadella, a quienes Dios crió, se han juntado para hablar por hablar, como Fernando y Albert por su casa. Y para dar que hablar.

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