jueves, 20 de enero de 2011

¿DÓNDE VIVIR Y CUÁNDO?



En estos tiempos acerados, ásperos y destemplados, en esta hora de España en que no pocos españoles piensan en hacer las maletas y procurarse un aire menos viciado donde vivir, trabajar, tener amigos y no renunciar al bienestar, acaso sea momento oportuno para hacerse algunas preguntas, no exentas, lo sé, de cierta melancolía. Cuestiones que dedico con especial cariño a aquellos que, por el momento, resistiendo, se quedan (resistiéndonos, nos quedamos) en nuestra patria. A pesar de todo y de tantos.
¿Cuál es el mejor sitio para vivir? ¿Existe un momento idóneo, una «happy hour», para nuestra vida? Pregunto, digo, si existen lugares e instantes mejores o peores que otros, en los que poder realizarse como ser humano y ser feliz, en la medida de lo posible. O si ocurre, más bien, que es el propio individuo, a fin de cuentas, quien debe hacerse cargo plenamente de la situación, de su circunstancia. Y me respondo: es uno mismo quien tiene que buscarse un puesto en el mundo y encontrar el tiempo preciso en los que realizar el propio proyecto vital.
No existen espacios ni tiempos ideales, perfectos, insuperables. Por supuesto, que precisamos de un lugar adaptado a nuestra condición natural (necesitamos, por ejemplo, oxígeno para respirar), pero esta condición, siendo natural, no es suficiente para la vida humana. La naturaleza pone el medio, nosotros… echamos el resto.
Y lo filósofos, ¿qué tienen que decir al respecto? Repasemos unas pocas sentencias memorables:
«Toda tierra es habitable para el hombre sabio, porque el mundo entero es patria del alma buena.» (Demócrito).
Marco Aurelio enseña que «allí donde es posible vivir; es posible vivir bien.» (Meditaciones).
«Y no considero sitio malo —añade Francis Bacon— sólo donde el aire es malsano, sino también donde el aire es insuficiente.» (Ensayos).
Baruch de Spinoza, puntualiza, por su parte, que en cualquier ciudad que el hombre viva puede ser libre. (Tratado Teológico-Político). A pesar de las circunstancias. O acaso sea mejor decir: precisamente por las circunstancias.
Dice Leibniz, en fin, partiendo del optimismo metafísico que le caracteriza, que vivimos en el mejor de los mundos posibles. ¡Y luego algunos presumen de optimismo antropológico!
¿Quién tiene razón? Lo importante en filosofía no es tener razón, sino tener razones, y darlas a los demás. Busque cada uno su respuesta. He aquí una forma magnífica de ejercer la libertad. Esa actitud importa más que el dónde y el cuándo.

2 comentarios:

  1. Tierra a la que puedas llamar patria. Por la que sientas un arraigo, un comun interes con el resto de los pobladores. En la que al vecino le puedesm tratar de tu si el te lo permite y aunque alces la vista al horizonte tus semejantes hablan en tu idioma y siente como suya una cultura y una historia que nadie fuera de estas fronteras llegará a admirar como se merece.
    Esta es mi tierra.
    Un saludo y hasta pronto

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  2. Bienvenido, URC, a este blog. Y gracias por tu bello comentario, que complementa bastante bien lo escrito por mí en el post.
    Saludos.

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