miércoles, 30 de julio de 2014

FLORILEGIOS


«Para un extenso y muy ordinario segmento de opinión, un volumen misceláneo, una recopilación, una compilación o una antología no son propiamente un libro. En otras palabras, no serían más que un florilegio, dicho esto en sentido peyorativo, como quien dice floripondio o florón, artefacto rebuscado, objeto artificioso, falso. O lo que viene a ser lo mismo, tales ejercicios de la escritura no superarían el rango de refrito, un plato de lentejas recalentadas con el que algunos autores pretenden vender una mercancía de segunda mano, sin renunciar, no obstante, a tenerla por propia.

Allá ellos, quienes esto piensan o declaran, con sus sueños de paquidérmica totalidad y embelesada originalidad. Sépase, con todo, que "florilegio" es voz que remite, en su significado preciso, a obras escogidas, a selección, a opción selecta, recolectada por quien otro sembró o por uno mismo, en un momento anterior.


En cuanto a mí, estos melindrosos pruritos no desazonan ni escuecen mi sensibilidad ni mi criterio.»

Fragmento de mi artículo «Leer es un placer»,  revista El Catoblepas 
• número 71 • enero 2008 • página 7

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