martes, 12 de junio de 2018

MARICOMPLEJINES, UNA Y OTRA VEZ



El PP, en sospechada actitud penitente, da la impresión de conformarse con lo que hay y de no querer volver a gobernar ya más, para que no le hagan lo mismo, otra vez.

Uno tiene la inclinación a pensar que el verano y las vacaciones son el mejor periodo para la política: es cuando se encuentra como aletargada, a la sombra, literalmente agostada. Los gobernantes, y, políticos, en general, desaparecen de la escena pública y se toman unos días de asueto, dando también un respiro a la población, que se ve así libre de ruedas de prensa, declaraciones oficiales y, sobre todo, de actuaciones gubernativas y desafíos legislativos. [...]

No es que echemos de menos a la clase política y sus resoluciones, pero puestos a tener que sobrellevarlas sobre nuestras espaldas y acechando nuestros bolsillos, por lo menos que su presión no venga siempre del mismo lado, o sea, de las posiciones del socialismo gubernamental realmente existente, que en tales faenas tienen probado que se manejan muy bien.

[...] el balance presenta un panorama decepcionante, en el que el actual Gobierno se ha llenado la boca de anuncios, pillando a los populares en continuos renuncios, esto es, dejándoles en fuera de juego o con ganas de abandonar la partida, a la vista de que siempre sale el rojo en la ruleta. Par y pasa. Los ministros han encomendado a sus segundos que preparen el terreno con más de lo mismo (“lo mal que se hicieron las cosas con el PP”) y que lancen algunas propuestas-de-proposiciones de ley y otros globos sonda que confundan al personal, con la intención de pescar en río revuelto, aunque a veces le pescan a ellos algún atún rojo en sus propios caladeros. Las ministras, por su parte, más que liarse la manta a la cabeza, se han recubierto de pieles y sedas, iniciando el paseíllo por la pasarela bajo las luces de los focos y sustituyendo a los taquígrafos por los reporteros gráficos, y, es cosa de días, también por los paparazzi. Ojalá no se bajaran de las tablas estas chicas de (Visa) oro, y no por bien de la moda, sino de la política.. […]

Me temo que la mayor parte de los votantes (honrados) del PSOE y la opinión pública, en su conjunto, no se han dado cuenta todavía de que España tiene como presidente de Gobierno a un telepredicador que sonríe y catequiza con su religión cívica, progresista, ciudadanista y políticamente correcta, a la vez que polemiza con la competencia, o sea, la Iglesia Católica, responsable junto con la derecha de “tanta imposición moral y actitudes carcas” que tienen a España indignada. Y sin embargo lo quieren, y millones de ciudadanos y ciudadanas le mandan donativos en forma de votos o de silencios culpables. ¿Será acaso que España está llena de progres y no nos habíamos enterado? ¿Dejarán al fin los españoles de comprar el Marca para suscribirse al Vogue? […]




Fragmentos del artículo Maricomplejines no quiere gobernar
publicado en Libertad Digital (27 de agosto de 2004).



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