El título
del libro que tengo el gusto de reseñar en las líneas que siguen, en su
aparente y genérica convencionalidad, denota una gran precisión. Según leemos
en la misma portada, se trata de una colección de ensayos. Y ensayos contiene,
en efecto, en su sentido más estricto. ¿Normal? Sí, mas no habitual. Se dirá
caso de esta acotación que es una obviedad más. Obvio sí, mas no usual. He aquí la cuestión.
Ocurre que el pensamiento concentrado en el ensayo se caracteriza, según tradición, por reparar (en) aquellos usos erróneos y creencias ordinarias que suelen aceptarse como evidentes —y aun repetirse, una y otra vez—, sin pasar por la prueba del examen crítico y la reflexión ponderada. Sucede que la opinión común (la vox populi) da por hecho aquello que, antes de ser deglutido, necesita ser intelectualmente triturado. Nos hallamos, en fin, en un contexto dominado por el relativismo ramplón y la mixtura de géneros literarios, la intertextualidad de salón y el multiculturalismo de callejón, en el cual una narración en prosa vertida en un papel o en un archivo electrónico de textos recibe, sin más, el diploma de «ensayo», sin distinguirlo de un relato, un crónica periodística, una fábula o un cuento. O al contrario…
Ocurre que el pensamiento concentrado en el ensayo se caracteriza, según tradición, por reparar (en) aquellos usos erróneos y creencias ordinarias que suelen aceptarse como evidentes —y aun repetirse, una y otra vez—, sin pasar por la prueba del examen crítico y la reflexión ponderada. Sucede que la opinión común (la vox populi) da por hecho aquello que, antes de ser deglutido, necesita ser intelectualmente triturado. Nos hallamos, en fin, en un contexto dominado por el relativismo ramplón y la mixtura de géneros literarios, la intertextualidad de salón y el multiculturalismo de callejón, en el cual una narración en prosa vertida en un papel o en un archivo electrónico de textos recibe, sin más, el diploma de «ensayo», sin distinguirlo de un relato, un crónica periodística, una fábula o un cuento. O al contrario…
Rasgo identificador del ensayo es
también que afronta y examina asuntos particulares (e incluso personales) y de
actualidad para, a continuación, ser elevados a la categoría de universales. ¿Sobre qué trata El hombre razonable y otros ensayos?
Léase los primeros párrafos del Prefacio:
«Algunos de
los temas atemporales abordados son la “gran conversación”, la utopía, la
educación liberal, la libertad, el totalitarismo y el contrato social, mientras
que las “dos culturas”, el instinto de la masa, la guerra de las culturas, el
postmodernismo, la creencia religiosa, el jihad islámico y el 9/11 son algunos
de los temas contemporáneos abordados. Cuatro grandes pensadores del siglo XX
fueron objeto de ensayos específicos: Friedrich Hayek, Elias Canetti, Stefan Zweig
y George Orwell. El repertorio de los temas abordados ya es bien conocido en
los países situados en el centro de la Civilización Occidental pero no en los
países de la periferia. La presente recopilación tiene por objetivo contribuir
a corregir esa distorsión.»
Atemporalidad, contemporaneidad y
propósito de universalidad, empeño por corregir
malentendidos y falsas creencias. ¿Puede alguien negarle corrección a la presente empresa
intelectual? Y, con todo, si a alguien le quedan dudas acerca de la exploración de ideas que se propone en las
páginas siguientes, sólo le invito a recorrerlas.
El hombre razonable y
otros ensayos ha sido compuesto según cabal
criterio y sagaz selección, como demuestra el listado de la cita previa. Un acierto
acreditado en la misma elección del ensayo que lo titula, encabeza y sirve de
guía al mismo. El hombre se ve
abocado a aventurarse en una selva oscura y tenebrosa en el momento en que
desaprovecha o desatiende la llamada civilizadora de la razonabilidad, el principio
de actuar como un ser racional y justo, prudente e íntegro, sensato y honesto.
He aquí un horizonte de conducta nada extraordinario, excepcional o
superlativo; de lo contrario, no hablaríamos de un ser y un quehacer razonables. Sus rasgos son factibles y depende
tan sólo de la voluntad y el coraje de cada cual. ¿Cómo es ello posible?: «Dejar
de ser rebaño y recuperar nuestra individualidad es un buen comienzo. Después,
es vivir el aquí y ahora de la mejor manera posible.»
Joaquina Pires-O’Brien, autora del
libro objeto de la presente reseña, acierta al relacionar aspectos de su vida
personal y cotidiana con la meditación y análisis a propósito de determinados
asuntos tratados.
Demuestra así tener bien aprendida la lección sobre el sentido y fin del ensayo,
sintetizados en la siguiente declaración del principal inspirador del ensayo
moderno, Michel de Montaigne: «Yo soy el
tema de mi libro».
No se confunda esto con un volumen de memorias. Los textos ofrecidos en los ensayos tienen que ver con la vida, porque son vitales, porque no se pierden en especulaciones ni circunloquios (tampoco en meras anécdotas), sino que nos hablan sobre aquellas cuestiones (sean intemporales, sean contemporáneas) que nos ocupan y nos preocupan. Y no para hacer de ellas una crónica, sino una indagación.
No se confunda esto con un volumen de memorias. Los textos ofrecidos en los ensayos tienen que ver con la vida, porque son vitales, porque no se pierden en especulaciones ni circunloquios (tampoco en meras anécdotas), sino que nos hablan sobre aquellas cuestiones (sean intemporales, sean contemporáneas) que nos ocupan y nos preocupan. Y no para hacer de ellas una crónica, sino una indagación.
La condición
profesional de la autora, concentradas en tareas
de traducción y edición (está al frente del magazine Port-Vitoria) favorece en gran manera tal empeño. El lector
encontrará así un permanente interés por esclarecer al máximo la significación
de los conceptos abordados, así como una constante atención por dilucidar las
más variadas cuestiones desde una óptica didáctica y un discurso comprensible.
Es decir, razonables.
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