domingo, 11 de enero de 2015

EL SER Y LA NADA



 http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2015/01/09/actualidad/1420834302_722612_1420834428_noticia_normal.jpg

7 de enero de 2015. Atentado terrorista en París, Francia. Objetivo criminal: el semanario satírico Charlie Hebdo, iconoclasta, «Journal irresponsable», deslenguado, de orientación izquierdista. Doce miembros de la redacción asesinados. Pecado: haber publicado caricaturas de Mahoma, consideradas irreverentes por agrupaciones islamistas, las cuales previamente habían exigido la censura de las mismas.


Reacción por doquier, en y por todos los medios: indignación general; apoteosis de empatía global. Consigna: «Todos somos Charlie Hebdo».


Explosión de sentimientos identitarios al tiempo que altruistas. Buscar lógica o racionalidad en la pasión desatada es de locos.

 http://www.alertadigital.com/wp-content/uploads/2012/12/yihad-yes.jpg


«Je suis Charlie Habdo», rezan muchas camisetas, rótulos, pancartas y portadas de periódicos en todo el mundo. La lengua francesa vuelve a ser el idioma universal. «Je est un autre», poetizaba Arthur Rimbaud. «Yo es otro». ¿Qué significa esto? Gran parte de la civilización occidental no quiere ser tomada por lo que es.


Velas encendidas que no dejan ver los oscuros velos. Lazo en negro que ata y prensa como el abrazo del oso. Ilusión de solidaridad universal y de fraternidad colectiva. Tranquilizada esta vez la conciencia culpabilizada. De momento. Porque depende de quiénes sean las víctimas y dónde caiga el rayo.

«Todos somos Charlie Habdo». Funesta metáfora: Occidente se pone en el lugar de los muertos. En vez de ponerse en su lugar y las cosas en su sitio...

«L'enfer, c'est l´Autre» («El infierno es el Otro»), sentenciaba Jean Paul Sartre mediado el siglo XX. Eran otros tiempos. Los tiempos modernos. Hoy estamos en la post-post-modernidad.

 http://ep00.epimg.net/internacional/imagenes/2015/01/07/actualidad/1420629274_264304_1420710146_noticia_fotograma.jpg


«El 7 de enero pasado, terroristas islámicos […] Asesinaron a doce periodistas irreverentes que pagaron con sus vidas su acto de defensa de la libertad de expresión. Una vida por cada caricatura. La manera honrosa de custodiar su legado será perpetuarlo. Todos los editores de medios del mundo libre deberían reproducir esas —ahora icónicas— doce caricaturas de la discordia inmediatamente. Sólo así la frase «Todos somos Charlie» trascenderá los confines del mero eslogan.», escribe el 9 de enero Julián Schvindlerman.


«Je suis Charlie». El divisa sólo tendrá sentido y podrá tomarse en serio, superando la mera condición de contraseña, cuando el lema que uno exhiba incluya, no un fondo en negro o con crespón de luto, caricaturas satíricas de Mahoma. ¿Querrán ahora muchos ponerse en el lugar de ese otro? Sólo entonces sabremos de verdad qué son y lo que son los unos y los otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario