Manfred
B. Steger y Ravi K. Roy, Neoliberalismo.
Una breve introducción, Paloma Tejada Caller, Alianza, Madrid, 2011, 239
páginas
El
prefijo «neo», aplicado, en
particular, a conceptos pertenecientes a la teoría política resulta
notoriamente ambiguo, provoca malentendidos varios y crea no pocas confusiones
teóricas y prácticas entre la opinión pública; unos desórdenes intelectuales e
interpretativos no siempre imprevistos o no calculados de antemano, todo sea
dicho. Sucede esta circunstancia con el término «neoliberalismo». También con
otros de la misma «familia conceptual», verbigracia, «neoconservador», a menudo simplificado con la fórmula «neocon».
«Neo»
significa «nuevo». Al emplear, pues, ordinariamente, la categoría
«neoliberalismo», ¿se pretende indicar con ello la presencia de un «nuevo
liberalismo»? ¿Se apunta a quienes hoy, en el momento presente, defienden el
libremercado, la propiedad privada y la menor intervención posible del Estado
en la sociedad, unos principios fundados hace varios siglos e identificados
como fundamentos del liberalismo? Por lo corriente, no ocurre así. Y los
autores del libro que aquí reseñamos no son una excepción en dicha actitud. Con el uso (y abuso) de determinados
conceptos no se preocupa tanto la denotación cuanto la connotación. En vez
de aportar con ellos información, el objetivo sería crear un sentimiento y una
emoción asociados a su mera mención. Y no neutros, sino de rechazo. Como dirían
los clásicos de la filosofía, no nos hallamos ante juicios de hecho, sino ante
juicios de valor. ¿Por qué no se oye
hablar de «neosocialismo» o «neocomunismo»?
El
manual firmado por Steger y Roy es, en consecuencia, y dicho con rigor, un ensayo panfletario, un libelo, contra
una teoría económica, un pensamiento filosófico y una concepción de la vida y el
mundo que se pretende, no criticar (mediante análisis y argumentos), sino desacreditar
(a través de eslóganes y tópicos). Es muy indicativo que los seguidores de la corriente de ideas objeto de la diatriba no suelen
aceptar el calificativo que presuntamente los define, por no verse
reflejados en el mismo. Los propios autores del libro refieren la reunión de
sorprendentes ―y a menudo hasta incompatibles ― nombres y personajes que poco
tienen que ver entre sí. Una reunión que ellos mismos patrocinan, explicando
dicha discordancia a las presuntas contradicciones internas de los señalados: desde Bill Clinton a Ronald Reagan o George
W. Bush, de Margaret Thacher a Tony Blair, por citar sólo a dirigentes
políticos muy conocidos.
Otra
señal que revela la tendenciosa motivación del libro la indica el hecho de sobredimensionar (hasta el absurdo) la
importancia del «acusado», a fin de que la condena que reciba sea mayor. De
tal modo, se denuncia la presencia «omnipotente» y global de unos principios
económicos (los «neoliberales»), en realidad, desoídos por las autoridades
políticas y económicas del planeta desde, al menos, la Segunda Guerra Mundial y
la célebre reunión de Bretton Woods, momento en que se decide la desaparición
del patrón oro, la creación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional
con el fin de dejar los mercados estrechamente regulados e intervenidos por los
Gobiernos
Todo
ello no impide que al mismo tiempo, y sin pretender contravenir las normas de
la lógica y la precisión analítica, los autores del libro aspiren a compaginar
el término de marras con sus más clásicos opuestos: «Por eso no resulta
disparatado considerar el neoliberalismo como una ideología marcadamente
economicista, hasta cierto punto próximo [sic]
en ello al marxismo, puesto que sitúa la producción y el intercambio de bienes
materiales en lugar primordial de la experiencia colectiva.» (págs. 30 y 31). Friedrich von Hayek y Karl Marx se removerían en sus tumbas
al leer semejante aserto. Seguramente, y por el contrario, John Maynard Keynes y muchos partidarios de la socialdemocracia, no
se mostrasen sorprendidos, sino muy complacidos.
Manfred B. Steger es Profesor de
Global Studies y Director del Globalism Research Centre en la Royal Melbourne
Institute of Technology, así como Senior Research Fellow en la Globalization
Research Center de la University de Hawai'i-Manoa.
Ravi K. Roy es lector en la
Global Studies de la Royal Melbourne Institute of Technology.
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