«Durante nuestra conversación, el respetable exiliado de la civilización dio señales de una inteligencia nada común. Afirmó haber ocupado una cátedra de Filosofía moral en una universidad de su región, la cual evitó cuidadosamente nombrar. Se hallaba ahora contento con su vida tranquila y sosegada, lejos de los tumultos de la incesante ambición.»
Herman Melville, Viajar
Herman Melville, Viajar
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