«Hay, cierto es, fervor y agresividad, desvelo y ansiedad, en una ciudad que no duerme, ni se agota, que no cede a las presiones y agresiones de todo orden. La vitalidad y la energía que evidencia le vienen de sus propias premuras y sus mismos apremios. La violencia no debería medirse en Nueva York sólo por el número de agresiones y altercados contra las personas y bienes allí contabilizados (en EEUU, y el resto del mundo, hay ciudades mucho más inseguras), puesto que deviene de su misma esencia.
Violencia hay en hacer levantar un rascacielos junto a una delicada casita estilo tudor, y milagroso que puedan convivir como buenos vecinos. Es la violencia de construir una catedral de un gótico pétreo y florido rodeada por torres de acero y cristal, las cuales no hacen las veces de almenas ni campanarios, aunque diríase que sí la protegen, cuando en cualquier otra ciudad podrían fácilmente devorarla. No deja de ser una forma de violencia el demoler el bello palacio que acogía el primitivo (y no por ello menos modernista) hotel Waldorf Astoria, para edificar en el solar que deja nada menos que el Empire State Building. He aquí una feraz violencia urbanística insertada en una agresividad urbana. Tal vez por este motivo estén tan habituados los neoyorquinos a vivir en plena tensión, al límite, en plena reconstrucción.»
Fragmento de «Nueva York, ‘on my mind’». Capítulo I de El alma de las ciudades. Relatos de viajes y estancias (Amazon-Kindle, 2015).
Every successful person must have a failure. Do not be afraid to fail because failure is a part of success.
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EliminarBest regards.