El que avisa
(ahora) es traidor. El Partido Socialista anima a emprender una campaña de movilizaciones contra la tímida reforma
laboral puesta en marcha por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy. ¿Variante
de «terrorismo urbano»? ¿Pánico en las calles? ¿Cuchillos largos en sesiones de
mañana, tarde y noche? ¿Orden indirecta de asalto a las sedes del PP y los domicilios
privados de sus militantes? ¿Inicio de la campaña de acoso y derribo del Gobierno
actual a través de la «acción directa» y la «lucha callejera»? ¿Cómo en los
tiempos del Prestige y la Guerra de
Irak? ¿Con vistas a acabar en otro 11-M…?
La cosa
tiene guasa. Especialmente, el cartel/pancarta que sirve de presentación a la
reposición del primer acto de esta tragicomedia nacional. Una valla con el rotulo
«¡Atención! Reforma peligrosa».
Propaganda concebida por los artífices de los
Planes E, T, de la A a la Z. El partido del Gobierno Zapatero, que mientras
reabría las fosas y las heridas de la Guerra Civil, rompía los pueblos y las
ciudades con miles de obras inútiles y/o suntuosas, abría zanjas por doquier,
buscando así el atajo para salir de la Crisis, pero metiendo a España en el
callejón sin salida de una deuda pública y un déficit público insostenibles,
próximos a la bancarrota, a la quiebra nacional, al abismo. El partido que
animaba a sancionar a los comercios que rotulasen en castellano en determinadas zonas de España, ese mismo
partido rotula en franco español que las reformas son peligrosas... ¡Los muy
progresistas!
Les
recuerdo, amigos míos, que la calle donde intento sobrevivir sigue bajo la piqueta
de la obra pública, desde el año pasado. Y lo que te rondaré, morena. Los
Gobiernos Autonómicos bajo el mando del Partido Popular, siguiendo la doctrina
socialista, quieren demostrar que son más «sociales» que los socialistas. ¡Ojo
con los políticos! ¡Presupuesto en peligro! ¡Vigilen los bolsillos! ¡Más
subidas de impuestos!
En realidad somos un país de tacaños. ¡El único que gasta es el Estado! Y para dar ejemplo, a calderadas, hagan falta o sobreabunden. El caso es gastar (unos), y ahorrar en todo menos en cerveza y lotería (los demás). Sí, tiene peligro la cosa.
ResponderEliminarGracias, José Vicente, por tu comentario.
EliminarSi por "somos" te refieres a los españoles, yo creo, en cambio, que vivimos en un país de desprendidos. De ahí el desprendimiento nacional... Urge, a mi entender, generar en el país una cultura del trabajo y del ahorro. Fíjate que aquí nadie quiere que le recorten nada. Vivimos, ay, en el país del "gratis total". Ya sabes, donde el dinero público «no es de nadie»...
Pero, esto sería cosa de hablarlo largo y tendido. Por ejemplo, en un simposium griego o un banquete romano.
Un abrazo