Releo un libro verdaderamente
asombroso. Felizmente sorprendente. El trabajo del sociólogo español Víctor Pérez-Díaz, Una interpretación
liberal del futuro de España. En rigor, más que un ensayo, lo que se
nos ofrece es nada menos que un manifiesto
liberal contemporáneo español.
Los asuntos allí tratados se
concentran en los terrenos económico, social, educativo y político, y
manteniéndose a distancia de planteamientos de crepúsculo noventayochista
y de aurora postsesentayochista, circulan por la senda del liberalismo, desdichadamente menospreciada dentro de
nuestras fronteras, aunque definitivamente revelada como la más factible en el
mundo que viene, globalizado y sin fronteras. Precisamente en este
prejuicio pasado y en la rutina presente residen dos perceptibles causas del déficit de crecimiento y desarrollo
en España. A ellas se suman otras:
— los obstáculos interpuestos a la plena liberalización de la economía
— las severas resistencias a los programas de reformas y modernización (hasta «sus
últimas consecuencias» y en los más variados frentes)
— las deficiencias
del modelo educativo español (rígido, pacato, corporativista, ideologizado)
— la vigencia del modelo de sociedad clasista y
clientelar (que privilegia el modelo
estatalista e inmovilista del denominado «Estado de bienestar» a costa del
desarrollo de la sociedad civil y abierta)
— y, en fin, las
políticas públicas reincidentes, partidistas y autonómicas, poco proclives
a primar la estabilidad, el funcionamiento del Estado y del sistema democrático,
así como la lealtad institucional y constitucional, sobre el devenir de las
contiendas electorales y la alternancia del poder.
Por todo ello no es posible
evitar la sospecha de que el futuro de España (país lento y lastrado) dependa más
de factores externos que internos. La conclusión, empero, no es pesimista.
Aunque (o precisamente porque)
afrontamos un mundo globalizado que aumenta en complejidad, nuestro futuro, afirma Pérez Díaz, pasa por
simplificar las cosas y aportar la vía de la resolución de conflictos a través
de la elección racional que garantiza la estrategia liberal, a saber,
España en Europa (entendida como orden en libertad y «superpotencia civil») y
fortalecida por alianzas internacionales (en especial, el Reino Unido y Estados
Unidos).
Cuando hace más de cincuenta
años, un gran liberal español, José
Ortega y Gasset, hacía balance de su ensayo España invertebrada
(1921) y del diagnóstico que en él hacía sobre la perspectiva del país, llegó
al siguiente resumen que muy bien podría aplicarse al sentido y alcance último del
trabajo de Pérez-Díaz:
«Vistas las cosas así, los
jóvenes españoles pudieron aprender en mi libro algo nuevo y alentador: que la “España mejor” no está, acaso, en el
pasado, sino en el porvenir. Mi pequeño libro no era sino un impetuoso
intento para abrir una brecha en el horizonte cerrado que la historia
presentaba a mi país.» (Anejo a La rebelión de las masas).
Ofrezco aquí una versión levemente
corregida y reducida de la reseña del libro de Víctor Pérez-Díaz, Una interpretación liberal del
futuro de España, Taurus,
Madrid, 2002, que publiqué, con el título «Un país con porvenir», en el suplemento cultural ABC Cultural, Madrid, nº 548, 27
de julio de 2002, p. 18.
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