— ¡elegid la soledad buena, la soledad libre, traviesa
y ligera, la cual os otorga también derecho a continuar buenos en algún
sentido!
Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal
«La soledad de uno es la huida
propia del enfermo; la soledad de otro, la huida de los enfermos.
¡Que me oigan crujir y sollozar, a causa del
frío del invierno, todos esos pobres y bizcos bribones que me rodean! Con tales
suspiros y crujidos huyo incluso de sus cuartos caldeados.
Que me compadezcan y sollocen conmigo a causa de mis sabañones: «¡En el
hielo del conocimiento él nos helará incluso a nosotros!» así se lamentan.
Entretanto yo corro con pies calientes de un lado para otro en mi monte
de los olivos: en el rincón soleado de mi monte de los olivos yo canto y me
burlo de toda compasión.»
Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra
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