«A través del dinero [el burgués] es el más
odiado: el dinero aglutina contra él los prejuicios de los aristócratas,
los celos de los pobres y el desprecio de los intelectuales; el pasado y el
presente, lo expulsan del porvenir. Lo que le da su poder sobre la sociedad
explica también su debilidad sobre el imaginario colectivo. Un rey es
infinitamente más grande que su simple persona, un aristócrata obtiene su
prestigio de un pasado más lejano que él, un socialista predica la lucha por un
mundo que él ya no verá. Pero en cambio
el rico no es más que eso: rico y nada más. […]
Clase sin
categoría, sin tradición fija, sin contornos establecidos, no tiene más que un frágil derecho al dominio: la riqueza. Título
frágil, ya que puede pertenecer a todos: el
que es rico habría podido no serlo. Y el que no lo es, habría podido serlo.»
Fragmentos del ensayo de François Furet, El pasado de una ilusión.
Ensayo sobre la
idea comunista en el siglo XX (1995)
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