Anónimo, Commuter Train |
Nedim Gürsel, De ciudad en ciudad. Sombras y huellas, traducción de M. Dolores Torres París y Carmen Torres París, Alianza Literaria, 2011
Publicada en primera edición francesa en el año 2007, el lector en lengua española tiene la posibilidad de conocer ahora la faceta desarrollada por Nedim Gürsel en la literatura de viajes; un género literario, por lo general, con muy buena acogida entre el público y practicado desde los orígenes mismos de la literatura.
No por casualidad la crítica literaria suele ver concentrada en la Ilíada y la Odisea de Homero la esencia y el destino posterior de las letras universales. La sentencia puede juzgarse una ligera licencia poética o una exageración retórica. Aunque no falte ni ofenda a la verdad. Resultando, por lo demás, difícilmente rebatible. Sobre todo, si centramos nuestra percepción en la literatura viajera.
Nedim Gürsel (1951), nacido en Gaziantep, Turquía, es escritor. Tras realizar la enseñanza media en Galatasaray, cursa estudios de literatura moderna francesa en la Universidad de la Sorbona en París, donde adquiere el doctorado en 1979. De vuelta a Turquía, comienza la actividad literaria, obstaculizada por las autoridades del país, que censuran y llegan a prohibir algunas de sus novelas. A la vista de la situación, Gürsel decide abandonar Turquía y trasladarse a Francia. Nacionalizado francés, en la actualidad, imparte clases de Literatura Turca en La Sorbona de París. En España tiene publicados, entre otros, los siguientes: Los turbantes de Venecia (2005), La novela del conquistador (2008) y Las hijas de Alá (2009).
La aventura de Ulises no sólo inaugura un grupo de temáticas de muy fructífero recorrido: la narración viajera, las rutas del navegante, la hazaña exploradora. Es decir, la literatura de viajes, en sentido estricto. La andanza y la peripecia de Odiseo han inspirado, al mismo tiempo, el itinerario mental, intelectual y espiritual de miles de personajes que recorren el camino de Swann, una travesía interior en Dublín alrededor de sí mismo o un viaje alrededor de la habitación. Esto es, la literatura en el sentido más extenso del término.
¿Es el viaje origen o consecuencia de la literatura? «Mi viaje a San Petersburgo tal vez fuese la ocasión de volver a Dostoievski.» (pág. 126). Esto escribe Nedim Gürsel en una de las páginas de la crónica de viajes De ciudad en ciudad. Como bien queda registrado en el subtítulo del volumen, el autor visita ciudades del mundo rastreando sombras y huellas, versos y novelas. En particular, el vestigio de un escritor ―de un artista, en fin― cuya obra es apreciada, y de la que se desea saber más de uno y de otra.
Si la primera etapa de la literatura de viajes nos remite a la antigua Grecia, una segunda, nos llega con acento italiano. Dante Alighieri concibe la Divina Comedia a modo de un descenso a los infiernos, de una estancia en el Purgatorio y, finalmente, de un ascenso al Paraíso; de un tránsito, en suma, por el alma humana, mortal e inmortal. Para este viaje puede que no hagan falta alforjas, mas sí un guía, un acompañante, un cicerone. En el libro de Dante, es el poeta Virgilio. En el volumen de Gürsel son aquellos que simbolizan literariamente una ciudad, una ciudad que, en gran medida, han inmortalizado con sus pasos y sus relatos.
Bruselas tiene una especial apariencia, contemplada junto a Baudelaire. Lo mismo sucede con Praga, recorrida sin perder de vista a Kafka y al poeta turco Nâzim Hikmet; Pushkin y Dostoievski asoman por las calles y rincones de San Petersburgo; Gogol, Chevtchenko y Bulgakov son sus guías en Kiev (Ucrania); dirige su mirada a Sarajevo mientras Ivo Andric cruza un puente; pasea por Tirana (Albania), acompañado de Ismaíl Kadaré, mientras un águila sobrevuela sus pasos; Tennesse Williams pierde un tranvía en Nueva Orleans; Paul Bowles y su estrambótico y variado grupo de artistas, escritores, cineastas, le muestra, obviamente, Tánger; con Borges, y ¡cómo no! Gardel, se marca unos pasos de tango en Buenos Aires. Concluye el periplo viajero con la ciudad más añorada: Estambul, que recrea en los dos últimos capítulos del libro tras la pista de Pierre Loti, escritor y viajero francés cuya estancia en Turquía dejó profunda huella.
En ocasiones, no es un escritor quien señala la vía a explorar. A veces, son también los ríos, el Volga, el Rin, el Mississippi, los que indican qué camino tomar, qué curso seguir. En la mejor literatura de viajes recorremos, junto al autor/cicerone que nos trasporta de ciudad en ciudad, la historia de la humanidad. Pero, también, la geografía física y humana.
Estoy leyendo De ciudad en ciudad. Me ha entusiamado el retrato que hace de Caravaggio. Gürsel es un turco tan europeo que bien podría ser el ariete de Turquía para acceder a la UE. Gürsel muestra en esta obra una sensibilidad profundamente europea.
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