Pedro Schwartz, La economía explicada a Zapatero y a sus sucesores. En dos tardes, Espasa, Madrid, 2011
En el verano de 2007, excepto aquellos directamente relacionados con el mundo económico y financiero, pocos españoles vivían pendientes de la economía, entendida como ciencia, pero también como realidad social. Podían contarse quienes sabían distinguir, con claridad y precisión, entre microeconomía y macroeconomía. Descontando a los inversores en Bolsa, un número muy escaso estaba pendiente de la evolución bursátil diaria. Entraba en un club selecto de expertos aquel que era capaz de nombrar a las agencias de rating, sin confundirlas con otras agencias de calificación. Hoy, en cambio, estos asuntos son noticia de portada en los periódicos, junto a las emisiones semanales de deuda pública de los Gobiernos. A casi todos suena ya qué es la prima de riesgo en bonos y obligaciones del Estado y el diferencial de la deuda.
En aquellos tiempos previos al estallido de la gran crisis económica que ha desestabilizado las principales economías mundiales y todavía no tiene visos de remitir, el Gobierno de España ―presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE― estaba muy lejos de atender a esta preocupación. De hecho, algunos años después, todavía negaba la existencia de la crisis económica, por motivos políticos y electorales. Mientras tanto, la sociedad española, recibía intensamente en sus bolsillos y en sus carnes el impacto de la recesión y el paro masivo. Ahora bien, acostumbrada a una dependencia material y casi espiritual respecto al Gobierno de turno, tampoco acababa de creerse que la tormenta internacional fuese demasiado severa. Ni que fuese a afectar a nuestro país. Al menos esto repetía el Gobierno socialista todos los días, el cual ponía al mal tiempo buena cara, y con una nota de color adornaba el escenario de depresión general a base de brotes verdes.
He aquí dos síntomas fenomenales de la situación española en el momento presente que el veterano y muy competente economista Pedro Schwartz ha identificado en su último libro ―La economía explicada a Zapatero y a sus sucesores. En dos tardes― como las claves de nuestra crisis. Por un lado, la ciega y casi patológica inclinación estatista de los españoles en confiar más en la intervención de las autoridades para solucionar los problemas que en su propio esfuerzo e iniciativa. Por otro lado, está la supina (y descarada) ignorancia que han demostrado los miembros de la actual Administración en materia económica, un déficit que no sólo ha afectado a los miembros del Ejecutivo, sino que alcanza incluso al mismo Presidente del Gobierno.
La anécdota de la conversación cogida in fraganti por los micrófonos del Congreso de los Diputados en septiembre de 2003, cuando Sergio Sevilla y el propio Zapatero ocupaban los sillones de la oposición, es muy conocida. Tanto que sirve de pretexto al autor para darles unas lecciones de economía, y aplicar de paso un correctivo a los actuales dirigentes de la nación.
Sevilla: Esto está chupao, a no ser que quieras hacer una tesis doctoral.
Zapatero: Sí, pero es complicado… tú prefieres que lo entienda ¿no?
S.: Se te nota todavía inseguro. Has cometido un par de errores. Has dicho que aumenta la progresividad en lo del sistema fiscal y lo que aumenta es la regresividad... pero son chorradas.
Z.: ¿He dicho progresividad?
S.: Lo que tú necesitas saber para esto… son dos tardes.
Z.: ¿Sabes lo peor de todo esto? Que me gusta.
Pedro Schwartz ha querido ser generoso y le ofrenda al todavía Presidente Zapatero (y a sus sucesores), no dos, sino tres tardes, tres sesiones teóricas y prácticas de macroeconomía. Para empezar, ¿cómo hemos llegado a esto? ¿Dónde y cuándo se generó la crisis financiera que, además de deprimir, en todos los órdenes, a ciudadanos y naciones, ha echado por tierra viejos mitos? Por ejemplo, que los Estados no quiebran, son un valor seguro y el último bastión de las sociedades frente al riesgo, definido o indefinido, parcial o global, de confianza y solvencia económica.
La segunda tarde la dedica «a criticar viejas teorías falsas y bien falsas, que aún tienen predicamento en la opinión, incluso académica» (pág. 232). Como muestra: las fantasías y pasos en falso de John Law, Thomas Robert Malthus y Karl Marx; las ensoñaciones redistributivas de John Stuart Mill; la utopía ruinosa del Estado del Bienestar patrocinada por Bismark, Rooselvelt y Beveridge; y la voracidad recaudadora y la política económica expansionista preconizadas por John Maynard Keynes. Finalmente, el profesor Schwartz enuncia diez pasos en dirección a la «sabiduría macroeconómica», diez recetas ilustradas con ingeniosas parábolas: Alicia y la Reina despótica; la leyenda del rey Midas; la «moneda del Dr. Frankenstein» (o sea, el euro), etcétera.
La ingeniería social y económica, empleada sobre los pueblos, produce miseria, destrucción del tejido económico, social y hasta espiritual, además de una corrupción generalizada. Tamaña agresión a las sociedades nace, entre otras causas, de una creencia muy nociva, a saber: que hay políticas «económicas alternativas», y están a disposición de políticos y ciudadanos, según sea su ideología. Sucede, no obstante, que con ideología no se hace economía. Las políticas económicas se conciben y establecen entendiendo las leyes y regularidades de una ciencia social, si no perfecta, tampoco contraria a las leyes naturales.
En los últimos años España ha seguido una senda peligrosa que le hace mirar el abismo. ¿Optimismo? ¿Pesimismo? Esta es la reflexión con la que cierra el profesor Schwartz su valiosísimo libro: «Me ilusiono con que la economía y las instituciones de nuestro país se parezcan cada vez más a las de Alemania o Suiza y cada vez menos a las de Argentina.» (pág. 235)
Pedro Schwartz (Madrid, 1935) es economista y Presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia de la Comunidad Autónoma de Madrid. Desde 1970 ha sido Profesor de Economía en tres Universidades españolas. Actualmente es profesor extraordinario de la Universidad San Pablo CEU donde enseña Historia del pensamiento económico, dirige el Centro de Economía Política y Regulación, y coordina las enseñanzas económicas en la Facultad de Ciencias Políticas, es secretario del Think Tank Civismo y miembro de su Fundación Pro Libertate. Es autor de una larga serie de textos académicos y ensayos. De entre los últimos publicados en España cabe destacar: En busca de Montesquieu: la democracia en peligro (2009)
Tiempos inciertos nos toca vivir. Me quedo entre otras muchas con aquello de "con la ideología, no se hace economía".
ResponderEliminarLa prueba palpable es que cuando llegan al gobierno de turno propugnan medidas que cuando estaban en la oposición jamas se hubieran atrevido o aceptado proponer.
Saludos!
Amigo Lorenzo: Pedro Schwartz, persona elegante y mesurada, señala en este libro que la ignorancia en economía es el mayor déficit del Gobierno socialista. Aunque no olvida señalar que, en última instancia, la miseria que trae consigo el socialismo es producto de su ideología, enemiga de la libertad.
ResponderEliminarSaludos.
Este es Dios. ¡Já!. Hay otros economistas, tanto y más reconocidos que él que no concuerdan, en general, con sus pensamientos. Criticar a Zapatero como economista lo tiene fácil, pero reconocer las opiniones de este señor como si fueran de Dios es otra. Este señor es un economista neoliberal y el neoliberalismo es tan criticable como cualquier ideología o más. Si se quiere considerar a la Economía como una ciencia, lo primero que hay que hacer es someterla al método científico usando el pensamiento crítico.
ResponderEliminarDudo mucho que me aprueben mi anterior comentario. Hasta luego Lucas.
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