«(Aporrean la puerta)
GROUCHO: Esto
es un atropello, Ravelli: dejarnos fuera de nuestra propia oficina el día de
Navidad. Yo, un ciudadano americano, y usted. Que ni siquiera es americano.
¡Bonito día de Navidad! Tras despertarme esta mañana lo primero que he hecho es
mirar en el zapato que puse bajo el árbol y qué me encuentro. Su pie
CHICO: ¿Y qué
pasa? Usted me dio ese zapato
GROUCHO: ¿Que
yo le di ese zapato?
CHICO: Claro,
ayer por la noche; le pregunté qué iba a regalarme para Navidad y usted me dijo
que un zapatazo
[…]
GROUCHO: Bueno,
Ravelli, hemos empezado bien el día. Esta mañana he debido levantarme por el
lado izquierdo de la mesa. Definitivamente, Santa Claus se ha olvidado de
nosotros
CHICO: Tal vez
Santa Claus no ha querido bajar por nuestra chimenea porque le daba miedo que
le disparasen
GROUCHO: ¿Qué
le disparasen en la chimenea?
CHICO: Claro.
Seguro que ha oído usted hablar del tiro de la chimenea
[…]
CHICO: Oiga, yo
me sé dos villancicos
GHOUCHO: Si se
sabe dos, cante uno
CHICO (con voz de tenor): «Nevadá, Nevadá,
blanca Nevadá…»
HORACE (un niño de siete años]: ¡Buaaa! […]
GROUCHO: Está
usted en muy mala forma. Escuche, Ravelli. Horace está llorando y suena mejor
que usted
CHICO: Sabe,
jefe, es que yo canto de oído
GROUCHO: ¿Que canta de oído? Y por qué no lo intenta alguna vez con la boca. Notará la mejoría.»
Fragmentos del serial radiofónico Flywheel, Shyster y Flywheel, episodio nº 5, emitido el 26 de diciembre de 1932 (Five Star Theatre) en Groucho & Chico Abogados (Tusquets, 1989)
Saliendo del tema y comentando tu anterior entrada. En la URSS se usó el diagnóstico siquiátrico como arma de represión política.
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