viernes, 19 de noviembre de 2010

EL CEBO «SOCIAL» (1). EMPRESARIO REAL Y «EMPRENDIMIENTO SOCIAL»


Comoquiera que en España estamos sobrados de empresarios y emprendedores reales, llegan los patrocinadores del «emprendimiento social». Sobre este viejo/nuevo cuento de lo + social, leo una crónica en la prensa que da cuenta de una de las sesiones de los Ventures Days organizados por el Instituto de Empresa, dentro de la Semana Internacional del Emprendedor, la cual confío en que no continúe por ese camino tan socializante. Uno, profano en la «ciencia lúgubre», se alegra de que desde plataformas presuntamente serias —talla IE— busquen fórmulas para darle un poco de alegría y un aire más venturoso a la tenebrosa ciencia económica. Pero no tanto. Desde luego, no al precio de desvirtuar el veterano espíritu empresarial y confundir «emprendimiento» con «desprendimiento».
¿A qué vienen estas incursiones new business ventures postulando «nuevos» negocios y «nuevos» emprendedores? ¿Qué tienen de malo los «viejos» para ser reconstruidos de este modo? Muy sencillo: sucede que no son bastante «sociales». Comoquiera que el obrero ha entendido que la llama socialista no asegura comida caliente, el progresismo en boga busca entre los profesionales y las antiguas élites un nuevo «escenario» en el que mantener el tinglado.
El prontuario necesario y suficiente de la acción empresarial y emprendedora es, con todo, muy simple: el negocio y la ganancia tienen por límites el cumplimiento de la ley y de los contratos, así como el fair play, esto es, no recurrir al engaño o al fraude para sacar provecho.
Pero, para algunos «novísimos» empresarios y asociados dicho ideario puede antojárseles viejo y liberal en exceso. Según el «emprendimiento social», si no hay más emprendedores en España es porque no han metido «lo social» en sus carteras. No se han dado cuenta de que «lo social» ha hecho fortuna.
 Ser emprendedor sólo está bien si al mismo tiempo eres desprendido. Lo que no siempre se dice es que, por lo general (por el «bien general»), todo desprendimiento «social» (+ gasto público y + corrupción) acaba, sin remedio, en el derrumbamiento económico ¡y social! Esta vez, social de verdad
¿Qué dice la «doctrina social» de la ética empresarial? ¿Capital y riesgo? Vale, pero poco, y sólo con una política «social» (con políticos) detrás. ¿Inversión? OK, pero sin «especulación» (por ejemplo, quien compra Deuda Pública es patriota y progresista; quien la vende, un avaricioso y un especulador). En consecuencia, el «emprendedor social» debe viajar en Business Angel en lugar de seguir la vía maligna del «capitalismo liberal y salvaje». ¿Banca? Bueno, pero, a ser posible «cívica». Y aún mejor, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, con Obra Social incluida, y muchos, muchos fines sociales, para dar lustre a los balances y teñirlos de rojo progresista y «social».

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